A 15 meses de la tragedia de Once: documento leído por familiares y heridos

Este andén nos recibe una vez más. Desde este lugar hemos hablado muchas veces, y hoy a 15 meses de la tragedia, nos volvemos a reunir para decir nuestras verdades.
En esta escenografía se repiten las mismas imágenes, mes tras mes. Hoy seguimos hablando con los pasajeros y los oímos quejarse del hacinamiento en el que viajan, de los servicios que se suspenden, de los momentos en los que el miedo se apodera de todos cada vez que un tren frena de golpe, o se detiene entre estaciones.
Vienen a nosotros, y a la vez que se solidarizan con nuestra lucha, usuarios y trabajadores del ferrocarril desarticulan con su experiencia cotidiana, el discurso de la supuesta “revolución” en el servicio del Sarmiento.
Entre febrero de 2012 y mayo de 2013 sólo nos separan vagones pintados, monitores de plasma y vías renovadas. Pero el cambio de fondo sigue esperando.
Hace una semana, el ministro de transporte presentó en una conferencia los prototipos de los futuros vagones. Lo hizo usando una pantalla de video, en donde se proyectaban imágenes de cómo, supuestamente, serán los trenes que se fabricarían para esta línea y otras.

El funcionario no esta haciendo otra cosa que lo que se le exige: que cumpla con su trabajo, y que asuma con cambios estructurales la responsabilidad en la masacre de febrero de 2012 que le cabe al gobierno que integra.
Deseamos que ésta no sea otra puesta en escena, como lo fue la presentación de la tuneladora para el soterramiento de la línea en julio del año pasado.
Son los propios trabajadores ferroviarios los que nos informan que esa máquina le costó 40 millones de euros al Estado argentino.
Mientras se cortaban cintas con los colores de la bandera, en la inauguración de la obra, se decía que el trazado de 33 kilómetros tenía un plazo de obra de 36 meses.
Hoy, a casi un tercio de ese período, en lugar de los 10 kilómetros prometidos, solo se han excavado menos de 100 metros y las obras están detenidas. Los talleres de Liniers están abandonados, y sus trabajadores están en lucha por sus fuentes de trabajo. Además, siguen denunciando la carencia de repuestos y el deterioro diario del casi centenario sistema de señalamiento. Remarcan que, atrás de la pintura celeste de los vagones, pueden verse, principalmente en los andenes, grietas de peligroso tamaño. Mientras tanto, los Cirigliano siguen recibiendo en su fábrica Emfer plata del Estado para la remodelación de vagones.

Volvemos a reclamar la nacionalización de esa empresa, y que se asegure cada uno de los puestos de trabajo de quienes deben soportar ver a diario como el dinero argentino sigue yendo a los bolsillos de los procesados por la muerte de nuestros familiares.
Las obras deberían estar siendo controladas por una Comisión Bicameral multipartidaria, proyecto que impulsamos y que no nos cansaremos de decir que está cajoneado bajo siete llaves. Corre la misma suerte que el proyecto para la atención integral de las víctimas. Mientras, los ejemplos de proyectos de ley votados de manera express, se suman.
El acuerdo con Irán, la reforma judicial, la ley de blanqueo de capitales, todas enviadas, debatidas y votadas rápidamente cuando existe un manifiesto interés del oficialismo. No tenemos esa suerte. Interés, rapidez, soluciones y atención no son sustantivos que este gobierno haya aplicado de manera integral y a cada una de las víctimas de esta tragedia.
Seguimos teniendo que mendigar, en lugar de recibir su atención.
El Poder ejecutivo y el legislativo siguen en deuda con nosotros. El Judicial va dándonos respuestas y eso merece algunas reflexiones.

Unas semanas atrás recibimos con mucha satisfacción dos decisiones de la Cámara de Casación: la primera fue la de un nuevo rechazo a las peticiones de nulidades solicitadas por los procesados.
Así, se dió por tierra con un nuevo intento de frenar o anular lo realizado en la investigación. La Cámara declaró improcedentes los recursos de queja presentados. A Jaime, Claudio Cirigliano, Luna, Ocho Romero, Sícaro y otros se les van acabando los tiempos y las instancias judiciales. Y tienen su lugar en el banquillo de los acusados para el juicio oral cada vez mas asegurado.

En un segundo fallo que nos satisface plenamente, rechazó el pedido con el que Estado insistió, una vez más, en presentarse como querellante. En la cima del absurdo, los victimarios insistieron en ponerse en el lugar de las víctimas, negándose a asumir su directa responsabilidad en esta tragedia.

¿O a alguien se le pasa por alto que los ex secretarios de transporte Jaime y Schiavi tenían un superior político directo que se llama Julio De Vido, todos funcionarios del Estado Nacional que debió habernos cuidado para que esta tragedia previsible no sucediera? ¿O alguien ignora que dentro de sus responsabilidades estaba evitar los desvíos de subsidios, evitar la falta de inversión, la falta de renovación de trenes y todas y cada una de las funciones de control que habrían evitado la tragedia?

¿Entonces, en qué lugar insisten en ponerse? ¿Se creen que ellos y nosotros podemos tener algo en común? No, señores, ustedes son los acusados, y nosotros los acusadores.
No sólo no cumplieron sus funciones, sino que además consideramos que está plenamente comprobada su pertenencia a la estructura de corrupción estatal, empresarial y sindical que nos arrastró a este dolor interminable. No tienen la hombría de asumir su responsabilidad en los 52 crímenes del 22 de febrero. Pero con este fallo, la Casación pone las cosas en su lugar: las víctimas exigiendo las condenas, los victimarios como acusados, y nunca como querellantes.
Pero todos nos han escuchado desde la primera vez que acompañaríamos a la Justicia siempre. Compartiendo sus fallos públicamente o haciendo conocer claramente nuestra postura cuando tuviésemos diferencias.
Así como nos satisfacen las resoluciones antes mencionadas, volvemos a expresar nuestro profundo rechazo a la falta de mérito dictada por el Dr. Bonadío a favor de Mario Cirigliano.
Una semana atrás, nos presentamos a fundamentar la apelación a esa medida tomada por el juez instructor. Lo hicimos ante la Sala 2a de la Cámara Federal, expresándole que Mario Cirigliano debe ser elevado a juicio oral con todos los otros procesados y la falta de mérito dictada debe ser revocada en forma urgente.

Junto con su hermano, ex funcionarios y sindicalistas, formó parte de lo que el propio Dr. Bonadío definió “cadena de la felicidad” y de la “trilogía siniestra”, o sea, el entramado de corrupción que generó las condiciones para la masacre.
No entendemos este paso atrás del juez instructor quién primero lo procesó, recibió de sus superiores la confirmación del procesamiento, y ahora toma una medida que lo deja a un paso de su desvinculación en lo sucedido.
No encontramos ni una sola razón para tal decisión, y por tanto, esperamos que la Sala 2ª refuerce el camino que viene marcando en cada uno de sus fallos. Esta situación en favor de uno de los integrantes del grupo económico corrupto que administró la línea Sarmiento pone un cono de sombra en una investigación que la sociedad ha tomado como propia.
Le pedimos a la Sala 2° que confirme su decisión anterior y ordene al Dr. Bonadio que incluya nuevamente a Mario Cirigliano entre los procesados.
Como confiamos en su trabajo, también lo hacemos en el Tribunal Oral Federal 2 que nos ha recibido para expresarnos su compromiso de acelerar todas las medidas que hagan falta para que el juicio oral pueda iniciarse rápidamente.
Seguimos confiando en la Justicia, aún cuando desde el poder político se avance inexorablemente con una reforma judicial que desoyó a múltiples sectores sociales.

El día 14 de mayo, en La Matanza, hablando a quienes se oponen a esta reforma, la Presidenta decía: “¿Qué proponen a cambio de esto? ¿O es que la justicia está hoy de acuerdo con lo que demanda la sociedad? Entonces, ¿qué son esas marchas y marchas permanentes cuando pasa algo, con gente aplaudiendo y pidiendo justicia y con carteles de justicia?”
Como parte interesada, Sra. Presidenta, como personas que llevan grabado en el corazón y para siempre este pedido que gritan nuestros carteles, nuestras banderas, nuestras remeras, tenemos mucho para decir.
Quienes levantamos los carteles de justicia, consideramos que la misma es un concepto mucho más amplio que un proceso penal que condene a los responsables de la tragedia. Justicia es también asistir integralmente a las víctimas de la corrupción y la desidia, justicia es llevar adelante los cambios que permitan a los ciudadanos viajar dignamente, con la seguridad que al Estado le corresponde garantizar. Y en ese sentido amplio de la Justicia, tiene usted, Sra. Presidente, toda la capacidad de darnos respuesta.

Y permítanos proponerle públicamente la derogación del artículo que permite la elección de miembros del Consejo de la Magistratura en el mismo acto eleccionario y en la misma boleta que los candidatos a presidente.
Hace unos instantes, hablábamos de la insistencia del Estado a presentarse como querellante. En un posible escenario con un Consejo de la Magistratura cruzado por intereses partidarios de manera directa, tenemos todo el derecho a pensar que las presiones sobre los jueces pueden estar a la orden del día, coaccionando para habilitar, por ejemplo, tal absurda petición. Y es sólo un ejemplo de los muchos que podríamos dar.
Es difícil imaginar a jueces pudiendo trabajar tranquilamente si sus superiores fueron votados bajo un signo político y tienen que investigar a funcionarios o ex funcionarios que respondan a la misma estructura partidaria que aquellos.

Es lógico pensar en presiones de todo tipo sobre quienes deben garantizar imparcialidad. Y si esta norma prospera, y es promulgada tal cual fue votada, esperamos que hombres del derecho sepan hacer las presentaciones pertinentes para que el máximo órgano de la justicia, es decir, la Corte Suprema de la Nación declare la nulidad e inconstitucionalidad de una reforma que, insistimos, es necesaria, pero en condiciones que incluya un debate amplio con todos los sectores de la sociedad.
Entonces, esas marchas con carteles pidiendo justicia no son ni mas ni menos que la expresión auténtica de un pueblo que toma conciencia que la corrupción no sólo llena los bolsillos de los inescrupulosos, sino que además mata inocentes, y destroza las vidas de quienes los rodeamos.
Estos carteles, que gritan, que exigen justicia, no reniegan de la necesidad de cambios, pero sí reniegan del poder político enviciando con sus intereses y sus presiones la administración de uno de los pilares de la sociedad.
Estos carteles son de todos los argentinos que nos acompañan y no acuerdan con nadie. Estos carteles dicen: “bajo ningún concepto reforma a cualquier precio”, dicen NO a una “reforma inconsulta”, dicen “no a la presión política en las decisiones judiciales”

Estos carteles dicen “Justicia pura, sin presiones”, dicen “justicia independiente”, “justicia rápida, eficaz”, “justicia no corporativa y siempre lejos de la injerencia de los poderes Ejecutivo y Legislativo y de los sectores políticos o empresariales”.
Estos carteles son del pueblo, y no para ser usados en discursos partidarios, estos carteles acompañan nuestra lucha, que es la de todos. Estos carteles están acá, y seguirán estando cada día hasta que los responsables de la tragedia de once reciban una condena ejemplar, sean asistidas integralmente las víctimas de la tragedia y se lleven a cabo las políticas de Estado necesarias para garantizar un servicio de transporte digno.
No tenemos duda que estos carteles se multiplican, haciendo que seamos cada vez más los ciudadanos de bien que avanzamos en busca de un objetivo que trasciende cualquier diferencia.
Las vidas perdidas exigen cárcel para los responsables y mientras esto se demore más nos haremos oír, y habrá más carteles, remeras y banderas apoyando nuestra lucha.
Y después de ello, se convertirán en símbolo para que nadie mas tenga que atravesar el dolor que hoy, a 15 meses de aquel 22, se agranda y nos atraviesa todos los días. Muchas gracias.


JUSTICIA POR LOS MUERTOS Y HERIDOS DE ONCE